La Celebración de lo Superficial
El pasado 5 de octubre de 2024, Zempoala fue escenario de la clausura de "Vintage 2024", un evento que reunió vehículos clásicos, música en vivo y el colorido del folklore local. Sin embargo, este supuesto escaparate de cultura y tradición esconde tras de sí una realidad que muchos prefieren ignorar: la continuidad de un proyecto político basado en el culto a la personalidad y eventos mediáticos vacíos de trascendencia.
Sinuhe, el nuevo rostro del poder en Zempoala, sigue los pasos de su antecesor y todavía jefe en las sombras, Jesús Hernández. Este evento no es más que un intento desesperado por mantener una apariencia de normalidad y progreso en un municipio que enfrenta graves problemas estructurales, como la precariedad del hospital de Téllez y la inseguridad galopante.
"Cortando el hilo... pero no el de los problemas estructurales."
Un Proyecto de Farándula Política
Eventos como "Vintage 2024" son el claro reflejo de una administración que prioriza las apariencias sobre las necesidades reales de la comunidad. Mientras el ballet folklórico y los vehículos clásicos adornan las redes sociales oficiales, los habitantes de Zempoala lidian con un sistema de salud colapsado y una seguridad pública que parece más enfocada en los turistas que en los ciudadanos.
Sinuhe y Hernández no son tan distintos como aparentaban en campaña. Pese a pertenecer a partidos supuestamente opuestos, su alianza se ha hecho evidente en la continuidad de políticas que favorecen el espectáculo sobre el progreso real. Este evento no es más que otra pieza en el engranaje de un sistema que busca distraer a la población de los problemas fundamentales del municipio.
"Destapando un auto clásico... pero no las carencias del municipio."
La Magia de la 4Deformación
Bajo el lema "En Zempoala se vive la magia", esta administración busca construir un relato que oculta las múltiples deficiencias estructurales del municipio. Esta "magia" no es más que un truco de espejos que desvía la atención de la comunidad hacia eventos irrelevantes, mientras los verdaderos problemas quedan sin resolver.
Si realmente queremos transformar Zempoala, es momento de exigir rendición de cuentas y transparencia. La faramalla y los eventos vacíos no llenan los estómagos ni curan enfermedades. La magia que necesitamos no está en autos vintage ni en escenarios llenos de luces, sino en hospitales funcionales, seguridad real y una administración que priorice el bienestar de sus ciudadanos por encima de sus intereses personales.
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