Permisos de Conducir: El Espectáculo de la 4ta Deformación.

La Licencia de Conducir: Un Derecho, ¿o un Negocio?

Este sábado 28 de diciembre, una cordial invitación a todos los conductores a acudir a las instalaciones del C2 para realizar su trámite de renovación y permiso de licencia de conducir. ¿Una invitación genuina para facilitar la vida del ciudadano? No, es una invitación para “cerrar el año con broche de oro” recaudando hasta el último peso posible en este “servicio” tan esencial. Este tipo de trámites se han transformado en una fachada que oculta una realidad de ineficiencia y corrupción que perjudica a los ciudadanos.

Las autoridades se apresuran a ofrecer la "facilidad" de llevar la licencia hasta la puerta de tu casa, pero, ¿de qué sirve eso cuando el servicio real se reduce a simples trámites burocráticos que no reflejan ni un ápice de mejora en la calidad del proceso? Mientras tanto, los policías de la región parecen estar más interesados en recibir su soborno en efectivo para “olvidar” la falta de licencia de los conductores que en realmente velar por el cumplimiento de la ley.

¿Renovación o Imposición de Cargos?

La verdadera razón detrás de estas convocatorias no es ni de lejos el deseo de hacer las cosas fáciles para el pueblo. No, aquí el objetivo es otro: recaudar todo lo posible al final de un año lleno de promesas incumplidas. Y mientras el tráfico de trámites se multiplica, los usuarios siguen enfrentando un sistema que no está diseñado para facilitarles la vida. Este tipo de trámites masivos, con la promesa de una "renovación fácil", en realidad no son más que una forma de seguir engrosando las arcas gubernamentales, mientras se da la espalda a los verdaderos problemas que aquejan a la sociedad.

¿Qué pasa con los costos excesivos de estos trámites, que no parecen tener justificación alguna? ¿O con el hecho de que los policías, que son los encargados de hacer cumplir la ley, no se interesan en la legalidad de los conductores, sino solo en llenar sus bolsillos con sobornos? Esto solo refleja lo que realmente está pasando en el fondo: un sistema corrupto que se alimenta del dinero del pueblo sin ofrecer nada a cambio.

El Espejismo de la “Seguridad Vial”

¿De qué sirve que el trámite de la licencia sea más accesible si las calles siguen siendo un caos, con policías más interesados en cobrar mordidas que en regular el tránsito? A estas alturas, la “seguridad vial” es solo un chiste que se ha vuelto una burla pública. Los permisos de conducir no tienen valor si el sistema no garantiza que quienes obtienen la licencia realmente estén capacitados para manejar de manera responsable.

La realidad es que estas medidas no hacen más que consolidar el control de un gobierno que busca explotar cada recoveco de su administración para seguir lucrando a expensas de los ciudadanos. No se está invirtiendo en un sistema vial seguro, solo en un sistema en el que todo el mundo paga, pero nadie ve los beneficios.

El Final del Año y la Cosecha de Dinero

Con el cierre del año, llega la hora de balancear cuentas, y qué mejor forma de hacerlo que con una bonita campaña de recaudación de licencias. No importa que se terminen haciendo trámites a medio hacer, con información que nadie entiende y con resultados que no benefician a nadie, lo importante es el dinero que entra. Este sistema, al más puro estilo de la 4ta Deformación, no tiene otra intención que asegurar que el gobierno termine el año con los bolsillos llenos.

La eficiencia, la honestidad y el interés en el bienestar de los ciudadanos son solo palabras vacías en este proceso. El objetivo de este evento no es más que hacer que los conductores sientan que están cumpliendo con sus obligaciones, cuando en realidad solo están siendo parte de un espectáculo diseñado para recaudar dinero fácil.

Campaña de permisos de conducir

"No hay un atisbo de honestidad, solo marketing gubernamental en su máxima expresión." - Presidencia Municipal de Zempoala

Un Trámite que No Deja Huella

El triste final de esta farsa administrativa es que, a pesar de los esfuerzos por hacerlo parecer un trámite simple y efectivo, en realidad no cambia nada. El sistema sigue siendo ineficaz, la corrupción sigue alimentándose de estos procesos y los conductores siguen pagando más de lo que realmente deberían. En lugar de invertir en un verdadero cambio que impulse la calidad del servicio, se prefiere mantener el statu quo, donde la única prioridad es recaudar el dinero que tanto se necesita para financiar otras “grandes iniciativas” que nunca ven resultados.

Lo peor de todo es que, al final, todo lo que se obtiene es una licencia que no es más que un símbolo vacío de un sistema que no está dispuesto a mejorar. Los ciudadanos merecen más que esta burla. Merecen un gobierno que realmente trabaje para su bienestar, no para llenar sus propios bolsillos.